martes, 1 de noviembre de 2011

Científicos inventan forma de detectar explosivos con impresora y papel.


Imprimir sensores de explosivos con una impresora normal y papel podría ser algo revolucionario, al ser muy económico.

En este mundo amenazado por el terrorismo, la necesidad de los detectores de explosivos es más urgente que nunca. Desde campos de batalla llenos de minas y dispositivos de explosivos improvisados (IED, en inglés) a la seguridad en puertos marítimos y aeropuertos, el uso de estas tecnologías se ha vuelto universal para garantizar la seguridad. Pero no ha podido llegar a todo tipo de organizaciones, por sus altos costos y su complejidad.
El problema es que estos detectores necesitan tecnologías complicadas, y esto eleva sus costos notablemente. Los detectores baratos no tienen buena capacidad de detección, y los que son muy sensibles a materiales explosivos son muy costosos.
Por eso, a pesar de los avances tecnológicos, es probable que el método más fiable hasta ahora sigan siendo los perros con el olfato entrenado a detectar explosivos. Pero la inversión en el desarrollo de nuevas tecnologías es bastante grande, teniendo en cuenta el lucrativo mercado de la seguridad.
Los investigadores desarrollaron una tinta que consiste de nanotubos de carbono. Usando nanopartículas de plata, la tinta pasa por un proceso que usa ondas de sonido que la hacen más viscosa. Una vez se fija, la tinta forma cilindros microscópicos conocidos como nanotubos. De ahí los nanotubos se cubren con un polímero conductivo que atrae el amoníaco, el ingrediente más común de todo tipo de explosivos.

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